Los fabricantes de automóviles dedican millones de euros a publicidad cada año para que identifiquemos el coche con libertad, tecnología, éxito, deportividad, lujo, aventura o triunfo sexual.
Ello hace muy difícil fomentar alternativas al vehículo privado, aun cuando conocemos sus efectos negativos sobre el medio ambiente, nuestra salud y la habitabilidad de las ciudades.
Solo hay una manera de evitar las reticencias a un modelo de transporte sostenible: eliminar la publicidad de los coches. Más »